Algunos juicios sobre su obra
“Mario Meléndez fue un descubrimiento que yo pude hacer. Leí sus poemas y pude constatar que era una voz muy personal y muy valiosa; muy auténtica; no imita; escribe lo suyo con mucho decoro, sensibilidad, inteligencia y calidad”. (Roque Esteban Scarpa. Premio Nacional de Literatura. Chile, 1980)
“Una poesía sólida, con un eficaz manejo del lenguaje; siempre inquietante y a veces pesadillesca, pero no exenta de humor, sitúa al poeta chileno Mario Meléndez en la primera línea de su generación. Una poesía que se sostiene en cualquier idioma”. (Oscar Hahn. Premio Nacional de Literatura. Chile, 2012)
“¡Caramba! Hace tiempo que no leía un texto que se sostuviera por sí solo”. (Nicanor Parra. Sobre La muerte tiene los días contados, de Mario Meléndez)
“Mario Meléndez es chileno, pero ha vivido en México y en Italia. Tiene apellido de poeta neoclásico y, sin embargo, el carcaj de su poesía contiene flechas modernísimas que apuntan al corazón del siglo XXI. La belleza que habita en sus versos es diferente, acaso única. Está hecha de sorpresas, de juegos de lenguaje más o menos sofisticados (dependiendo del objetivo que se plantea en cada verso). Es la suya una poesía muy panamericana, muy telúrica, pero a la vez muy delicadamente surrealista. Sus poemas son como un cuadro de Magritte que se hubiera pintado allá en lo alto de la cordillera andina, en un nido de cóndores”. (Luis Alberto de Cuenca. Poeta y ensayista español)
“En la escritura de Mario Meléndez la libertad imaginativa es tan poderosa que nos desliza sin descanso del puro juego al ramalazo iluminador, de la asociación libérrima que nos divierte a la punzada del dolor, de la inocente cotidianidad a lo macabro, bordeando siempre lo surreal pero con un ancla firme en el mundo concreto. Atravesada por el humor y la ironía, su poesía, que se alimenta de obsesiones, de poetas amados, de una evidente pasión por las palabras, nos otorga a cada paso una belleza extraña y una forma única de conocimiento”. (Piedad Bonnett. Poeta y narradora colombiana)
“Mario Meléndez representa en su poesía un decir vivo del siglo XXI, un decir compuesto de misterio y claridad en proporciones exactas. Su obra es una aproximación certera a la verdad, una revelación por el camino de la belleza”. (Rafael Courtoisie. Poeta y narrador uruguayo)
“Un lenguaje directo y sencillo es el recurso que emplea su talento y nos asombra poema tras poema: cuando pensábamos que aquello a lo que se refiere Meléndez era innombrable -al menos, para los alcances del lenguaje- comprobamos que era posible hacerlo; claro, luego de que Meléndez lo hizo. Una de las voces más interesantes, hoy, de toda América Latina”. (Luis Benítez. Poeta y ensayista argentino)
“Eres un gran poeta, Mario Meléndez, y estos poemas de la muerte te singularizan entre los muchos que escribieron de ella. Tienen ternura, humor poético, profundidad, a mitad de camino entre la cultura surrealista-hiperrealista y la cultura clásica y de la calle. Gran poemario. Felicidades”. (Isla Correyero. Poeta española. Sobre La muerte tiene los días contados)
“La poesía de Mario Meléndez es una rara flor de exquisito perfume en el bosque insondable de la poesía hispanoamericana actual, sus procedimientos literarios alumbran con originalidad profunda las fulgurantes e inesperadas audacias de estilo que otorgan unidad y pertinencia a su discurso poético. Quien penetre en su universo creativo será imantado por la fuerza de las imágenes plásticas y por la melódica sonoridad de su idioma musical y figurativo. Su escritura es el testimonio de una vida dedicada enteramente a la poesía, el retrato del alma contemporánea en el río de nuestra lengua”. (Mario Bojórquez. Poeta, ensayista y traductor mexicano)
“En una época verborreica como la nuestra, en la que domina la palabra desbordada, el exceso, el derroche de vulgaridad ostentosa y el mal gusto, la poesía de Mario Meléndez se distingue por su contención y su esencialidad. No hay palabras que sobran en sus poemas. Pocos poetas como Mario han logrado alcanzar esa claridad del lenguaje, esa difícil sencillez que sólo los grandes poseen”. (Emilio Coco. Poeta y traductor italiano)
“Escribir poesía es como entrar en un ascensor y tocar todos los números ya que no sabes en cuál piso es que está la fiesta. Mario Meléndez sabe en cuál piso es que está la fiesta. Y lo sabe porque está dotado de una visión y de una sensibilidad única y poderosa. Su propuesta poética a veces te da ternura, en otras te deja la piel arañada o te maúlla insistentemente o es de esas que se torna misteriosa, te rehúye y tú emocionado corres tras ella para que no se te escape”. (Frank Báez. Poeta dominicano)
“Huyendo del lugar común, de la imagen trillada, en los poemas de Mario Meléndez no falta ni sobra nada. Busca el secreto de las palabras y ese secreto es el que despierta nuestra curiosidad, nuestra emoción, algo oculto que no podríamos descubrir del todo y que tal vez ni él mismo podría descubrírnoslo. Sus poemas suelen tener dos o más lecturas, es decir, algo esencial. El poeta chileno es una presencia de excepción en la actual poesía latinoamericana”. (Marco Antonio Campos. Poeta y ensayista mexicano)
“En un tiempo en que la poesía empieza a asimilarse demasiado con el intimismo del diario personal, la prosa lineal y el mero comentario argumental -vale decir, el enunciado de una idea nunca resuelta en el caldero de las transfiguraciones- el lector agradece el trabajo de poetas como el chileno Mario Meléndez, quien desarrolla su expresión instalándose en la denominada tradición de ruptura. Una poesía cosmopolita y a la vez de raíz indoamericana, que más que distanciarse de las voces tutelares de la lírica de su país, las asimila a fin de enriquecer una propuesta propia. La poesía de Meléndez brilla en textos de gran condensación y en logradas imágenes”. (Jorge Boccanera. Poeta y periodista argentino)
“Miembro de una poética internacional, un poeta cuyo impulso lírico trasciende las fronteras de su país, Mario Meléndez se ha naturalizado, con su arte original y a la vez polifónico, en un poeta del mundo. Sus letras brillan con asociaciones inteligentes que no se limitan a una mirada surrealista estrechamente entendida, sino que incorporan la experiencia y el diálogo de muchas grandes voces de diferentes tradiciones literarias. Mario pertenece a esos pocos poetas carismáticos que renuevan nuestra tradición poética mundial”. (Dimitris Angelís. Poeta y traductor griego)
“Poesía plural y unitaria, pues, de ensalmo, rebeldía, realismo y magia, nos certifica que la voz lírica del notable poeta chileno Mario Meléndez es una voz que cuenta, que debe contar en nuestro enorme territorio”. (Luis Antonio de Villena. Poeta y ensayista español)
“Mario Meléndez es una de las voces más originales de la actual poesía latinoamericana. No es de extrañar que sea editor general de la Fundación Vicente Huidobro, pues en muchos sentidos su poética parte del gran poeta vanguardista hacia una poesía personalísima, donde la muerte y la vida, la tragedia y la alegría de la palabra van de la mano. Hay que celebrar la obra de este chileno universal”. (Anthony Geist. Escritor y crítico estadounidense)
“El rigor, la consistencia y la originalidad son lo que más exijo a cualquier libro de poesía, desde el primer poema, para poder continuar con su lectura, y estas premisas están siempre presentes en la poesía de Mario Meléndez desde el primer verso. Pero también es muy sobresaliente el uso que el poeta maneja de la ironía, siempre con notable inquietud y conocimiento del medio. Es muy posible que, dice, el lenguaje se burle de nosotros, pero es más probable y seguro que los gritos del silencio los escuchemos aún más nítidos. Sin duda, Mario es un notable poeta”. (Chus Visor. Editor y crítico español)
“Mario Meléndez (Linares, 1971) ha vivido en Chile, México e Italia. Ha abrevado de esas tradiciones y ha dejado también escuela en ellas. Su humor recuerda a veces a Parra o a la línea que abrió Hernán Lavín Cerda en el exilio. Maestro de la autofabulación y la sonrisa amarga, Meléndez es ya un referente de la poesía en lengua española porque sus textos siguen descubriendo posibilidades en la ironía, esa agridulce zona optimista del pesimismo”. (Alí Calderón. Poeta y ensayista mexicano)
“Hermanos / éste es el cuerpo de un poeta / tomad y comed todo de él…”. Estos versos resumen, apenas, la poesía de Mario Meléndez, resumen y expanden, la honda poesía de él. Poesía solidaria pero sin presunción, lúdica a la vez, como para tamizar, aliviarnos, el dolor con el que carga, el dolor, el de los otros, los “hermanos”, pero que hace suyo, padece y en ese padecer, esa pasión, le da forma, los cobija en la poesía. M.M. sabe que desde que el mal entró en el mundo, el dolor no sólo duele, también revela. Algo de esa revelación son estos poemas, algo de eso y mucho más”. (Hugo Mujica. Poeta y ensayista argentino)
“Dicen que no hay nada nuevo bajo el sol, pero en el caso de Mario Meléndez no es cierto. En su obra reina la originalidad. Sus poemas recuerdan la obra del gran Julio Cortázar. Te pones delante de un paneo donde su gato quiso ser poeta o las palabras lo dejaron tumbado borracho en su jardín y estás enganchado. Fue un honor publicarlo en Valparaíso USA y será un placer tener sus obras completas en mis manos”. (Gordon E. McNeer. Poeta estadounidense y presidente de Valparaíso Ediciones)
“La poesía de Mario Meléndez ha sabido recoger lo mejor de diferentes tradiciones en busca de una voz universal que muy pocos poetas se atreven a perseguir. Meléndez, poeta auténtico, no sólo es capaz de emocionarnos hasta el extremo de transformar la risa en llanto, sino que en sus poemas nos deja la sabiduría de aquellos tocados por la gracia de ver más allá”. (Fernando Valverde. Poeta y crítico español)
“Mario Meléndez es un poeta que ha provocado admiración entre los poetas de su generación, así como de las precedentes, y aun entre los jóvenes que siguen de cerca su obra poética. Leer sus libros es adentrarse en los laberintos misteriosos de la existencia y recorrer verso a verso ese camino que Meléndez ha trazado para el lector universal de todos los tiempos. Su fino humor, la ironía, la seriedad, se entretejen en sus libros donde el poeta siempre da en el blanco”. (Teresa Calderón. Poeta y ensayista chilena)
“Mario Meléndez sabe muy bien que tiene una inmensa genealogía poética que le antecede y desde su propia voz conversa con su tradición y la renueva con un registro fresco, cercano y original, que hacen de su trayectoria uno de los viajes más interesantes y conmovedores de la actual poesía latinoamericana”. (Federico Díaz-Granados. Poeta y ensayista colombiano)
“La poesía de Mario Meléndez constituye una suave garra que atrapa a sus lectores y los impulsa hacia los más recónditos rincones del alma humana, iluminados por sus palabras. A lo largo de veinticinco años de trayectoria, Mario ha ido construyendo un sólido espacio creativo donde se dan cita la desesperación y la ternura, la tradición y el riesgo, el pensamiento y la música. Hondo conocedor de la poesía en español y representante de lujo de los ecos de Huidobro en el presente, la aparición de esta antología que reúne sus cinco poemarios publicados más tres inéditos es una gran noticia para todos aquellos que amamos la palabra, con sus destellos familiares y sus imperiosas indagaciones”. (Raquel Lanseros. Poeta y ensayista española)
“Referirse a la poesía de Mario Meléndez no es sólo celebrar el oficio de un poeta al que se admira por la sobriedad y buen manejo de sus herramientas verbales, siempre atentas a resignificar grandes experiencias humanas de sentido; es entender, además, aquello que ya sospechaba Celan, de que únicamente manos verdaderas pueden escribir verdaderos poemas”. (Armando Roa Vial. Poeta y traductor chileno)
“La poesía de Mario Meléndez tiene esa infrecuente cualidad prometeica de suscitar en los demás el deseo creativo: muchos de sus lectores sentirán la necesidad de escribir después de leerla porque se trata de una obra motivadora cuyos versos, uno tras otro, son llaves que abren y ensanchan el universo de la imaginación”. (Daniel Calabrese. Poeta argentino)
“Mario Meléndez forma parte de una tradición latinoamericana renovada donde el lenguaje se ramifica en imágenes sorprendentes que ponen en acción a los temas más inusuales”. (Margarito Cuéllar. Poeta y ensayista mexicano)
“Su poética responde a otra armonía. Mario Meléndez nos presenta poemas como seres que tienen vida propia, que escuchan música, acuden a los cines, se sientan sobre sus butacas, poemas como animales imperfectos a quienes los asalta la lluvia, la ironía del desastre, el relámpago que rompe con el aletargado ejercicio de una tradición que renueva con la seguridad de quien escribe para sacudir el futuro. Meléndez fortalece un registro que le ha dado al proceso de la literatura panhispánica voces fundamentales para entender sus encuentros y fracturas”. (Harold Alva. Poeta y gestor cultural peruano)
“La poesía de Mario Meléndez tiene la particularidad de conjuntar imágenes de vuelo y de caída sin contradicción, como partes de un itinerario vital que huye de autocomplacencias para cantar heroicamente los claroscuros de la condición humana. Hay una aridez reclamada, insistida, en sus poemas de respiración larga que le otorgan una voz reconocible y singular. «Abrígate Gladys» reescribe, en clave latinoamericana, los grandes tópicos clásicos occidentales sobre la fugacidad de la existencia, de un modo memorable”. (Marisa Martínez Pérsico. Poeta y ensayista argentina)
“Resulta reconfortante encontrar, entre tanta poesía chata y previsible, a un poeta con audacia y humor negro, sabedor de que “el lenguaje se burla de nosotros”, y que no teme ser tildado de fantasioso o extravagante. Dotado de una conciencia magistral del oficio y de una aguda sensibilidad literaria, Meléndez, poeta errante, no imposta la voz cuando afirma: “No estoy, no soy, no pertenezco/ vago de lado a lado, como un gran gusano negro”. Sus poemas fluyen con las virtudes artesanales de medida y acabado, y el poder lírico de sus palabras pareciera emerger de la superficie de la conversación por su naturalidad y soltura”. (Hernán Antonio Bermúdez. Crítico Revista Iowa Literaria)
“La poesía de Mario Meléndez, como un cometa, cruza la consciencia de las palabras y la trasciende. Su obra no necesita de artilugios ya que atraviesa los hemisferios con la única certeza posible: la imaginación. La imaginación del poema es el poema mismo que se levanta para iluminarnos y guiarnos en la oscuridad”. (Nilton Santiago. Poeta y ensayista peruano)
“Imágenes surreales, fuera del tiempo y del espacio, se superponen y se persiguen con soluciones escénicas prodigiosas y sorprendentes para reflexionar sobre la muerte, más que como un hecho individual y personal, como una dimensión política y social”. (Ombretta Ciurnelli. Ensayista y crítica italiana. Sobre La muerte tiene los días contados, de Mario Meléndez)
“La poesía de Mario Meléndez me llamó la atención hace varios años por su poema “El clan Sinatra”, que combina una gran imaginación con un lenguaje lleno de humor y compasión. Cada poema suyo cuenta una historia lúcida y penetrante, y hasta los gusanos y la muerte son, en manos del autor, sujetos a quienes damos la bienvenida por la luz que ellos emiten sobre la riqueza de nuestras vidas. Aplaudo la obra de un poeta chileno que escribe con una fluidez y originalidad cada vez más impresionantes”. (Dave Oliphant. Escritor y traductor estadounidense)
“Mario Meléndez es uno de los más originales y auténticos poetas en español de la actualidad”. (Nieves García Prados. Académica y traductora española)
“Desde su título, el libro de Mario Meléndez se sitúa como una obra poética muy sólida y de alto vuelo, como lo dije desde la primera vez que escuché esos poemas en la Casa de la Cultura de Coyoacán, México, hace algunos años, y leídos por su autor. ¿Qué palpita en esas páginas? Madurez, buen ritmo, sentido del humor, iluminaciones, conversión del aparente absurdo en una nueva dimensión de lo real. Vida y muerte alimentándose como en todas las culturas, desde siempre. Un poeta célebremente antiguo y muy nuevo, por fortuna. Se ilumina en sus textos nuestro idioma”. (Hernán Lavín Cerda. Poeta y ensayista chileno. Sobre La muerte tiene los días contados)
“Hay en sus versos una densidad metafísica y una melancolía que nos asoman a lo hondo y a lo misterioso. Mario Meléndez es un mago con un toque de tristeza, como cualquier mago que se precie, que nos habla sin ínfulas y con desenfado de sus soledades y que con las cosas inesperadas que va sacando de la chistera consigue siempre sorprender a los lectores”. (Eloy Sánchez Rosillo. Poeta y ensayista español)
“La escritura intimista y minuciosa de Mario Meléndez esboza una economía de lenguaje mental, emocional y temporal. Narra y al mismo tiempo dialoga con las cenizas del pasado -la ruptura, el trauma y la resiliencia, entre otras “cicatrices” persistentes-, a partir del destierro de una pupila inquieta y sensible que añora y anhela humanizar la luz y fecundar el sentido de la vida. Mario es, indudablemente, una de las voces más innovadoras y más prolíficas de las letras hispanoamericanas contemporáneas”. (Khédija Gadhoum. Poeta y traductora tunecina)
“Leer la poesía de Mario Meléndez es viajar por ese mapa del Imperio descrito por Borges dejado a los rigores del sol y las exigencias del invierno, es encontrarse en un mundo insólito, jamás visto ni descrito, pero poblado de las ruinas y los ecos de la poesía universal. Leer a Mario es recordar que la poesía es aquella carcajada en plena misa (la que no se contiene), es recordar que la poesía no hace distinción entre género, entre clase, entre artes cultos y populares, que es aquel enigma de la esfinge (tan seria y necesaria como el autoconocimiento), que es la cartografía de los sueños de la razón, un mapamundi en forma de corazón”. (Jeremy Paden. Poeta y traductor estadounidense)
“Los poemas de Mario Meléndez juegan en un plano más conceptual y al mismo tiempo más narrativo: hace poemascuentos. Por eso son memorables. Por eso aguantan bien la traducción a otros idiomas. Me impresiona el contraste entre la seriedad de su autor y el magnífico humor, carnavalesco, irreverente, en el que se despliegan. Leer sus poemas es entrar a otro mundo”. (Eduardo Casar. Poeta y ensayista mexicano)
“La poesía de Mario Meléndez resplandece y se destaca sobre los poetas de su promoción. Esto se debe a que desde el primer libro supo encontrar una voz original que expresa su poética, la cual echa raíces en el mundo, se alimenta de él y le devuelve el sentido a las cosas. Vital, paradojal, simple y verdadera, despojada de artificios para enunciar la esencia de todo: así es la poesía de Mario. Imprescindible para nuestro hoy. Necesaria para mañana y para ayer”. (Enrique Solinas. Poeta y traductor argentino)
“La poesía de Mario Meléndez, poderosa fusión entre modernidad y tradición, entronca con los vanguardismos, en especial el surrealismo, sin perder de vista que, la obra creadora tiene que comprometerse no sólo con un modelo estético (y aquí están sus raíces chilenas latentes, esas lecturas que marcan a un poeta verdadero: Vallejo, Huidobro, Neruda); también con un modo de interpretar el mundo que nos ha tocado vivir. En su caso, utilizando un lenguaje accesible para descubrir la realidad de manera que los lectores puedan sentirse identificados y mirarse en ella como quien se mira a un espejo y se reconoce. Y Meléndez lo ha conseguido en un equilibrio afortunado desde su personal modo de vincular emoción y conocimiento”. (Remedios Sánchez. Ensayista y catedrática española)
“Mario Meléndez es un poeta de amplio registro, con un acento inconfundible, que va desde lo más íntimo y confesional, donde el yo tiene un destacado protagonismo, a la búsqueda del diálogo con los otros. Tengo la impresión de que ese diálogo, a veces, es un soliloquio, pero busca, y encuentra, la inevitable resonancia con el lector. Se aprecia también en su poética, la apropiación de todas las ganancias que han definido nuestra tradición lírica. Es, sin duda, una de nuestras imprescindibles voces Latinoamericanas”. (Waldo Leyva. Poeta y ensayista cubano)
“La poesía de Mario Meléndez nos lleva a conocer el mundo más allá de lo visible pasando a través de su mirada inquisitiva y profunda: es una mirada que rompe la corteza terrestre y penetra en lo hondo como raíces en busca del agua, excava en la naturaleza humana, en el dolor, en la soledad, en el amor, derrota incluso a la muerte que se vuelve materia, persona, como en aquella obra extraordinaria que es La muerte tiene los días contados, es casi una obsesión, un pensamiento fijo y constante que demuestra cómo la vivencia histórica y personal puede influir profundamente llevándonos hacia una dimensión universal. La poesía de Mario Meléndez es hiriente y suave a la vez, emplea una palabra “luminosa”, es decir una “palabra” que penetra como un rayo de luz a través de la oscuridad de la incomprensión dentro del alma y la mente de nosotros. Leer su poesía es una experiencia de gran humanidad porque es como mantener un diálogo con un amigo querido, pero al mismo tiempo es tan profunda que nos conmueve dentro, nos hace confrontar con nosotros mismos, nos convoca ante el sentido real de la existencia”. (Cinzia Marulli. Poeta y editora italiana)
“Mario Meléndez pertenece a esa estirpe de poetas cuyas lecturas destellan la precisión, claridad y pureza del diamante y, sin embargo, algo en su voz, algo muy hondo, se aloja y pervive en el misterio. Lo que más llama mi atención de Mario es su modo de elegir los poetas que lee. No busca modas ni se conforma con tendencias. Desde hace ya años lo he visto seleccionar con minucia aquellas voces que para el resto son agua corriente”. (Jeannette L. Clariond. Poeta, editora y traductora mexicana)
“La poesía de Mario Meléndez es una extensa, rupturista y lúdica fábula de lo real y lo surreal. Diestro constructor de imágenes y ritmos, Meléndez opera con un amplio registro de lenguajes (coloquial, hermético, cronístico, etc.) para construir relatos y alegorías que sustraen y a la vez instalan al lector en mundos conocidos y desconocidos, aunque siempre revestidos de una original extrañeza. Una poesía viva, dinámica, cambiante y autocrítica; una poesía en crecimiento tenaz que se instala a paso seguro como una válida referencia en el concierto poético latinoamericano de este azaroso siglo XXI”. (Jaime Luis Huenún. Poeta mapuche-huilliche de Chile)
“Entrar en los poemas de Mario Meléndez es emprender un viaje que te lleva a tu propio ser y al ser del otro y lo otro para descubrirlos como un proceso de transfusión mutua incesante. Un viaje al lugar donde los tiempos viven simultáneamente y ahora, antes y luego son salvados, incluso cuando la amarga ironía impone su mirada sin tregua. Como aquí, donde parodia, tristeza y deleite por las imágenes veloces e inesperadas, te traspasan y te curan al mismo tiempo: Una vaca pasta en nuestra memoria / la sangre escapa de las ubres / el paisaje es muerto de un disparo. El lenguaje se olvida de lo preconcebido y la percepción se inunda por su talante selvático e ignoto, por su profunda ternura”. (Zhivka Baltadzhieva. Poeta búlgaro-española, Doctora en Filología Eslava)
“Señores del sur / he comprometido mis raíces con ustedes”, nos dice el poeta chileno Mario Meléndez, en cuya obra, lo telúrico y los temas universales trascienden su país natal hasta llegar al norte, al este y al oeste. Es un ciudadano de los puntos cardinales, repasando las heridas y las cicatrices de la memoria, la sangre y el ADN de la heredad; la muerte con sus destellos, el canto de los alerces y los liquidámbares, la belleza de la flor y las espinas surrealistas y antropomorfas en el desierto, las araucarias retumbando por los montes, su río personal entre sus Andes perennes. Está allí vestido del tiempo y de todos los tiempos, en el tílburi y la locomotora de la memoria”. (Javier Alvarado. Poeta y ensayista panameño)
“Gracias, Mario, por tus poemas. Me asombraron, mejor dicho, me sorprendieron porque nunca había leído poesía tuya. Me gustaron por su desenfado que contrasta bastante con la seriedad o solemnidad de la poesía chilena actual, al menos de lo que llego a conocer desde aquí. Me gustará seguir leyéndote y te felicito. Un abrazo desde México”. (Fabienne Bradu. Académica y traductora francesa radicada en México, especialista en la obra de Gonzalo Rojas)
“Sin duda El mago de la soledad es una muestra del trabajo y la evolución de un poeta que poco a poco ha ido construyendo su propio nombre en el contexto de la poesía hispanoamericana. La presente antología es un punto en medio del camino de un poeta que no se detiene, de uno que va y que regresa al origen de su propia vocación. Mario Meléndez es un poeta que en cada texto celebra la existencia, la realidad presente y su reverso, celebra la tradición que lo precede y de la que él se siente un ciudadano más en busca de su nombre, de su casa y del lenguaje, de lo inaudito, del pasado que sabe a futuro, del verdadero Misterio. Mario Meléndez es un mago de la soledad”. (Álvaro Solís. Poeta y ensayista mexicano)
“Una buena poesía, una poesía auténtica es aquella que sentimos la necesidad de releer. Siempre y siempre. Volviendo a ella como a un hito que no podemos ignorar. La poesía de Mario Meléndez es tal poesía. Y no podría ser de otra manera, dado que nuestro poeta proviene de una tradición que ha dado, con el tiempo, autores de la talla de un Pablo Neruda o Vicente Huidobro, Nicanor Parra o Gabriela Mistral, Jorge Teillier u Omar Lara. No creo exagerar al decir que le auguro a Mario Meléndez un futuro excepcional en la literatura chilena — y no sólo –, porque tiene al menos cuatro puntos fuertes en ese sentido: talento, originalidad, una cultura sólida y apertura a la universalidad”. (George Nina Elian. Poeta y traductor rumano)
“La muerte tiene los días contados de Mario Meléndez es un volumen imprescindible para la poesía hispanoamericana de hoy, pues luego de tanta experimentación con respecto a este tema que según Heidegger resumiría todas las angustias existenciales del ser humano, aquí se le da un vuelco de tuerca, necesario por su desacralización y contingencia”. (Francisco Véjar. Poeta y crítico chileno)
“En los poemas de Mario Meléndez se aglutinan una inteligencia sutil y una sensibilidad fascinante y extraordinaria. Su quehacer literario se fusiona (y/o distorsiona) en la gran raigambre poética de su país natal. Esa mirada precisa y el hallazgo de instantes memorables, de los estados emocionales que trasmite, se instauran irremediablemente en una sintaxis (o en su subversión) que posibilita que el lector disponga libremente del ritmo del poema en una íntima interpretación; así la cadencia o su ausencia, surgen de manera inesperada en donde concurren asombrosas imágenes plenas de un cariz emocional trascendental. Su discurso poético es inmediato, y así, los significantes de Meléndez se visten de gala para ofrecernos un mágico espectáculo, que nos conmueve y revitaliza”. (María Ángeles Vázquez. Crítica literaria española. Doctora en literatura Hispanoamericana)