Necesito verte hoy
geo-grafía
Más allá de las estrellas
se rinde la noche del acero.
cuando la menta se vuelve ajena.
Paloma Fernández Gomá
entre las rocas y el cielo construimos
la lluvia / los puros valles de las
anheladas hojas.
y todos mis sentidos bajo la piel
solitaria respiro la tierra
la lluvia
me embalsama los labios.
los ríos / el tiempo cubre los ríos
invisibles poros de inviernos desolados.
erguidas las montañas teñidas en azul
frente a la rosada luna su silencio/ el silencio
de la poesía sangre
en cada piedra un latido.
necesito verte hoy
Todos tenemos derechos, y si los perdimos
hay que volver a encontrarlos.
Estela de Carlotto
“¿y dónde están los centenares de bebés nacidos en cautiverio?”
me dijo antes de que sus lágrimas desvanecieran en puro aire
yo pude apenas reunir mis fuerzas para grabar en blanco sus palabras
no podía soportar el dolor y la angustia de tanta confesión.
Rosalía sacó una silla vacía de aquel infra-mundo
se sentó en compañía de su mate y dejó que se derramara su fósil memoria
en gotas y sorbos de vida abierta al desnudo sol
tan amargo era el sabor de mi primer té argentino que no sabía cómo saborearlo
tanta densidad detrás de la tibia mirada que me sentía incapaz de descifrarlo todo.
la anciana esperanza rodeaba el inmóvil calendario
con el mismo anhelo del huidizo reencuentro
en busca de la vida después de la muerte editada
quizá la conciencia imán de tantas llamas invisibles
y silencios delirantes entre grietas de impunidad y olvido.
Isabel “la gringa” tenía veinticuatro años cuando desapareció
a fuego lento ardía Rosario por dentro y por fuera del ’76.
con rocío materno a lomo de militancia y cambio
el pequeño Silvio ya estaba barriendo el aire de derecha a izquierda
con seis meses de utopía contándoles a todos “soy hijo de…pero no sé
cómo llenar esta ausencia sin fecha de caducidad”.
no esperaba nacer en una caja de archivo biográfico
ni tampoco llevar una vida en gestación forense.
“¡ni olvido, ni perdón!”
(In memoriam: Isabel Ángela Carlucci, Silvio Fina y Víctor Hugo Fina)
aquello que nos humaniza
Some nomads are
at home everywhere,
Others are at home
nowhere,
and I was one of
those.
Robyn Davidson
1.
abajo se ahogan las ansias
tan humanas y tan opacas
tan lejos de la hora que ha tragado el día.
aún desconocemos el color púrpura del primer amanecer.
2.
¿serían los muros que nos enseñaran el errante vivir?
en infinitos espejismos las golondrinas llegan y se van
frágiles arrastran la ínfima ilusión de permanecer en vuelo
(sólo nuestra esperanza. el grito de nuestra boca).
3.
en silencio recoges tus partículas
transparentes siguen nadando entre las noticias:
tú discurriendo frívolas promesas y yo eternas memorias.
4.
¿adónde fueron a parar aquellos derechos humanos?
aquí aguardan inmóviles como nubarrones.
los desamparados no saben cómo abonarlos:
algunos pagan con un abrazo relámpago
otros como los piojos resisten hasta el último peine lapidario.
5.
ven
a ver las huellas de la niebla
bañándose en hilos de plata
ven a contarme
en dos palabras
las proezas de las olas.
el silencio de los platos
en silencio las mismas aguas
comparten los gustos de todos los días
en silencio se regodean las melodías
salpicadas de horas jóvenes a destiempo
le preguntan al tiempo qué fue de él, de ella,
y su vivir (en inviernos ajenos al sol)
que aún asombra las desiertas mesas
y sus comensales hechos sombras cotidianas
en silencio y ancianas
se detienen las gotas de tanto vivir entre platos
rotos de tanto fregar y secar apilados secretos
y amores inconfesables de ella, de él.
en absoluto silencio permanece la costumbre
de tantas promesas sonoras…
índigo
Éramos
manos,
vaciamos las tinieblas, encontramos
la palabra que remontó el verano:
flor.
Paul Celan
desde el origen y en cueros de estirpe
la mansa y arroyada cartografía
dictaba navíos y arribos al solitario Edén
mientras palpitaba la ahogada dicha.
tú también borrabas las horas en cada hora
transitabas con avidez la tierra de todos
los colores. allí empezó a desmantelarse
en negro carbón tu anhelada ilusión.
muele. duele la más ajena brisa y demuele.
Te sofoca la jungla y quieres nombrarla
con poemas sin raíces. para no olvidarla.
no soportas la negra tinta en bocas de cemento
abiertas a balas y púas y forzadas a la noche vil
y el primer frío de las primeras orillas desnudas.
te llama el otro lado donde los hijos soplan aún
en índigo su ocaso alambrado.
un día igual que otro
día de abril volverás a tus aguas infantiles
y recordarás como todas las bestias tus gemidos
libres de mapas desbordados y señas desiertas
trotarás
y tropezarás
con la cuna del mar
para siempre hacinada por gritos de NADIE.
Khédija Gadhoum (Túnez/Estados Unidos). Es poeta, traductora y docente de literatura y cultura latinoamericanas en la University of Georgia, EE.UU. Autora de celosías en celo (2013), más allá del mar. bibenes (2016), traducido al italiano como Oltre il mare. bibenes (2019). Traductora de Voces desde Taiwan: Antología de poesía taiwanesa contemporánea–Voices from Taiwan: Anthology of Contemporary Taiwanese Poetry (España, 2017), y Taiwán no es un nombre. 19 poetas taiwaneses contemporáneos (Colombia, 2020). Ha traducido además a poetas árabes y latinoamericanos. Sus poemas han sido publicados en revistas y antologías nacionales e internacionales. Ha participado en festivales de poesía en EE.UU., América Latina, Europa, Taiwán y Túnez. Es finalista en XXV Concurso Voces Nuevas de Poesía, (España, 2012), y Mención de Honor, en el XLVI Concurso Internacional de Poesía y Narrativa: La importancia de la palabra, (Argentina, 2015). Su poesía ha sido traducida al inglés, mandarín – taiwanés, portugués, turco, rumano e italiano.