La casa de las hadas
(Traducción al español de Emilio Coco)
Los pies
Necesitamos un poco de tinta
para manchar este blanco
un pincel de negro para cubrir
la apariencia, podríamos usar
también un betún para calzado
que se seca siempre porque nadie lo usa.
Total los pies son iguales a la cabeza
con los dos se pueden hacer muchos viajes
sólo que los pies andan despacio, hacen pasos lentos,
la cabeza, en cambio, corre veloz
allí donde nadie puede llegar.
Mi tumba
Cuando esté dentro de mi tumba
me sentaré a mirar el mar
y esperaré que me vuelva polvo
entonces podré escuchar los discursos secretos
y viajar a los lugares donde nunca estuve
podré hablar con el viento
y caminar junto con las nubes
Iré a la casa de todos los poetas y
hurgaré en sus cajones
Cuando esté dentro de mi tumba
ya no habrá frío y podré
pasear sin miedo a enfermar
me sentaré en un banco
y leeré todos los libros que no he leído aún
No existirá tampoco el Tiempo
y yo me quedaré joven para siempre
me daré laca a las uñas
y me ataré el pelo con briznas de hierba
Cuando esté dentro de mi tumba
me lavaré el alma con las palabras
serán ellas mis plegarias.
El féretro de Cinzia
Cuando me muera
y ustedes me pongan en un féretro todavía abierto
y yo me siente allí con ustedes y mire mi cuerpo
quizá les vea llorar y no entienda el por qué
todos ustedes seguirán mirando dentro de mi féretro
darán las últimas caricias a un cuerpo ya vacío
alguien incluso me besará y quien se ha portado mal conmigo
en mi vida tal vez sentirá pena por mí y hasta se arrepentirá
todos pensarán que yo estoy en esa caja de madera
y nadie, sin embargo, se dará cuenta de que
estoy sentada allí, con ustedes.
El vacío
Tal vez se acerca al silencio la palabra
y con un susurro de vidrio
quisiera hablarles del vacío
de la ausencia primordial del alma
‒ de aquella suspensión concreta del cosmos ‒
¿Qué color tiñe la ausencia?
El vacío es tan absurdo como el tiempo
¿es quizá esa caja dorada que contiene la nada?
El vacío roza el sentido
irreal del dolor.
Las mantas de Dios
Arráncame la piel del alma
oscura luz de la terrible muerte
yazgo contigo
en tu última cama
acurrucada en las mantas de Dios
el pecho se ahoga de luz
débil al engaño perpetuo
en la molécula del sueño
me refugio
chorreando savia
y espero, espero
tu querida
última
caricia.
Relato
Subí a la montaña más alta
porque quería volar
el viento estaba suave y debajo de mí las tierras salvajes
me esperaban ‒ verdes y grávidas
me puse al borde del precipicio
esperando que me crecieran las alas
estuve allí
hasta que el pelo se me puso blanco
pero las alas no habían crecido aún
luego dejé de esperar
y me lancé al vacío con los brazos abiertos
y los ojos cerrados
en ese momento todos mis sueños se estremecieron
alarmados se esforzaron mucho
se transformaron ellos mismos en alas
y me llevaron lejos hasta rozar las briznas
de las hierbas
luego se fueron haciéndome caer
al centro del gran lago.
El agua me acogió trasparente y virgen
y en ella lavé mi dolor.
La casa de las hadas
Está el camino encendido que alumbra
el invierno
en el rostro antiguo de las niñas.
Están todas sentadas ‒ casi en círculo ‒
en las arrugas de su vida.
Los ojos abiertos que buscan
atenciones
esperan a los visitantes ‒ los hijos atareados
el corazón grande de los nietos
comen los pasteles
traídos por conveniencia
Quisieran volar como bailarinas
pero necesitan ayuda
incluso para beber un sorbo de agua
Cada cual contando su historia
y escondiendo los dolores.
Son hermosas todas juntas
son hermosas y tristes las niñas
y la Señora Muerte ni siquiera se esconde
mientras las mira
para decidir a quién llevarse la primera.
Las muñecas ciegas
Helas aquí las muñecas
todas en fila sobre la cama
a todas la niña mala
les ha quitado los ojos
en su lugar dos agujeros negros
como pozos sin fondo
Pero las muñecas están contentas
porque ya no podrán ver
al ogro malo que las desnuda
hasta la piel helada de miedo.
Niña
Quisiera nacer flor
coloreada como el deseo
o ‒ golondrina
para perseguir a la primavera
y sentir de qué está hecho
el cielo
Quisiera nacer nube
para volverme agua
y disolverme en el viento
etérea e impalpable
como los sueños
Si realmente,
sí, si realmente tengo
que nacer mujer ‒ entonces
quisiera tener siempre
los ojos de niña
para mirarme en torno
con asombro
‒ para jugar la vida
con la sonrisa inocente de la verdad.
Los poetas son buena gente
No tengan miedo, descuiden,
los poetas son buena gente:
no se van desnudos por la calle,
no tienen rostros demacrados,
no caminan descalzos
sobre ascuas.
Tienen hambre los poetas ‒como ustedes ‒
atraviesan la oscuridad con el miedo
en la piel, tiemblan con el frío
y comen todos los días
‒ o por lo menos quisieran hacerlo ‒
Los poetas se duchan, van al baño,
van de compras. Se casan incluso
y tienen hijos.
A veces, pero no lo digan a nadie
‒ tienen también la amante ‒
Les aseguro ‒ los poetas son buena gente
incluso si a veces son irritantes
se apropian
de los sentimientos que vagan por el aire
los beben y se emborrachan
y luego arrojan palabras ‒ las graban en el papel ‒
cortan ferozmente la luz fría
del vacío.
Lloran los poetas ‒ lloran la sangre del mundo ‒
excavan en las minas más profundas
las destapan para inundarlas de luz.
Y si todos ustedes no les tienen miedo
les aseguro
los poetas se volverán realmente buena gente.
Cinzia Marulli nació en Roma el 6 de marzo de 1965, donde todavía reside. Siempre ha cultivado su pasión por la poesía y la literatura, extendiendo su búsqueda también a formas de experimentalismo que han llevado a la creación de una fusión entre diversas formas artísticas, como música, pintura, video-arte. Organiza y coordina eventos y encuentros culturales con la finalidad de difundir la poesía. Para la editorial Progetto Cultura cuida la colección de cuadernos de poesía Le Gemme. Ha publicado en 2011 su libro de poesías Agave (LietoColle), con la introducción de Maria Grazia Calandrone y nota crítica de Plinio Perilli. Próximamente va a publicar sus nuevos libros de poesía,Autobiografía del silencio, Percorsi y La casa delle fate. En la actualidad está traduciendo al italiano algunos de los más representativos poetas chinos contemporáneos.