Alí Calderón

Las correspondencias

 

Las correspondencias

 

 

 

 

Margherita dei Cerchi

 

Caminé de Gli Uffizi

auturno a la penumbra y cancro

de Santa Margarita en la Vía de Dante

El amargor del aire

calcifica y enreda en los alveolos

La tarde su paura

desciende espesa de los muros

Un algo cimitero acecha

El recuerdo del túnel

la ombra el silencio de los Apeninos

De pronto frente a mí

la tumba de Beatrice

En su lápida un hato violas

ostros pétalos hieden:

ese aroma impregnado entre los dedos

mi palma   su cabello deslazado

El correo fue escrito esa mañana

en otro continente y

qué tenue era la luz del cirio

Al preguntar por ella

quizá en Place des Abbesses

sentados en un borde viendo

salir y entrar al metro oscura gente

Luis me dijo que no que lo veía

como un caso perdido

Pasa una vespa y gritos más gritos un motor

Enviar mensaje enviado

Dudé mucho al escribir este mail

Se acostaba con otro

Una cruz de madera

que al tocarla se despostilla

Sotto questo altare

Folco Portinari

construi la tomba

di famiglia

L’8 giugno 1291

vi fu sepolta

Beatrice Portinari

Afuera los motores de las vespas

Gritos la gente que se increpa

Caga catzo putana

Dio Cane

 

 

 

 

Constantinopla

[San Salvador en Chora]

 

Edirnekapi

Siglo IV una iglesia bizantina

Afuera las murallas de Teodosio

son sólo polvo ruinosos cimientos

Iba mi abuelo anciano

siempre a Nuestra Señora del Carmen a las once

¿comulgaba? ¿Oía sólo misa?

La luz de los vitrales cae sobre los frescos:

es Jesús

multiplica los panes

hay algunos pescados

también cestas vacías

Alguien a mi costado dice “Dios”

pero en el nártex nada suena sino el eco

bajo la indiferencia

de un Cristo Pantocrátor

El tiempo ha desgastado los cristales

diminutos mosaicos

Donde estuvo el Bautista se desvela

una capa de arena y argamasa

El muro fue dorado y lapislázuli

ahora el alquitrán

oculto quince siglos

tras figuras de apóstoles y santos

es amo y señor del paraclesion.

Bordean yeso y cal oscuros signos

griegos: venid a mí los agobiados

dicen las inscripciones

difusas

invisibles casi

Las cuarteaduras

Se descascaran bóvedas

frente a la sanación del paralítico

Los ladrillos la piedra

Es entonces que pienso en los versos finales:

Mi padre contestó –“eso es sólo el decorado;

la escultura eres tú” –y me señaló el pecho.

 

 

 

 

Constantinopla

 

Brizna

Crece la niebla desde el río

Descendemos Pierre Loti por la cuesta

de un muerto cementerio musulmán

Sobre las tumbas nacen azaleas jazmines

caen pétalos kerkis siliquastrum

Late apenas debajo de las cosas

Un gato avanza negro

ronronea a mis pies

la muerte

el rostro amorecido de un cadáver

en vida se llamó

mi abuelo Rafael ahí tendido

el vaho –puedo verlo– atraviesa por sus fosas

¿movió los labios? Vienen

otros gatos tal vez un día fueron

algún Servet Hasan filibusteros

otomanos algún chico caído

en los festejos Galatasaray

Mi amigo está bebiendo este café

no presiente que luego

será eviscerado por el cáncer

Azahares enredados en las lápidas

conocerán la herrumbre la hoz del jardinero

El empedrado está resbaladizo

Maullidos que se ocultan en la yerba

Sólo Alá es poderoso señalan letras árabes

Río abajo el bullicio un burka ojos

delineados: Istiklal Cadessi

 

 

 

 

Sarajevo

 

El viento es frío quema

y hace temblar a quien aguarda

el sordo paso del tranvía

Los ancianos reclinan

la cabeza en el vidrio

El tedio de vivir les surca el rostro

Empañan los cristales con miradas

perdidas su lejana indiferencia

Es Sarajevo el sol

se encaja en los disparos de mortero

las ruinas las fachadas

Hay una transparencia que lastima

el vuelo el rumbo de las aves

Lontano

las colinas y al acecho

caen sobe la Sniper Alley

Nada me asombra ya ni me resigna

si dices que te vas

que sólo sabes irte

Las aguas del Miljacka

corren de pronto envejecidas

oscurecen su paso bajo el puente de Princip

De un disparo perfecto asesinaron

aquí a un Archiduque

Nosotros hemos muerto

hasta el hartazgo muchas vidas juntos

En el umbral de una iglesia ortodoxa

alguien observa cómo

se consume la luz de las candelas

Extintas ya las teas se remueven

Ha quedado vacío el kirostatis

Welcome to hell advierten

grafitis de otro tiempo

Del infierno no queda

sino esta lenta calma

prolongado después que nos habita

Los gatos hurgan en bolsas de basura

Crece la yerba en lápidas de parques cementerios

 

Ha cruzado el tranvía deja

un estruendo el temblor

del aire tras los rieles

quizá un recuerdo

nada

 

 

 

-De Las correspondencias (Visor, 2015)

 

 

 

Alí Calderón (Ciudad de México, 1982). Es poeta y crítico literario. Doctor en Letras Mexicanas por la UNAM. En 2007 recibió el Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de América. Fue merecedor, en 2004, del Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde. Es autor de los poemarios Imago prima (2005), Ser en el mundo (2008 – 2011), De naufragios y rescates (2011), En agua rápida (2013) y Las correspondencias (Visor, 2015); de los libros de ensayos La generación de los cincuenta (2005), Del poema al transtexto. Ensayos para leer poesía mexicana (Colombia, 2015) y Reinventar el lirismo. Problemas actuales de poética (España, 2015) y coordinador de las antologías La luz que va dando nombre 1965-1985. 20 años de la poesía última en México (2007), El oro ensortijado. Poesía viva de México (2009). Es fundador de la editorial y la revista electrónica de literatura “Círculo de Poesía” (www.circulodepoesia.com). Es Codirector de la Editorial Valparaíso México y del Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México.

 

Written by Mario Meléndez

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